Cuando una simple mirada te hace soñar. Cuando una caricia hace que tu piel renazca. Cuando un beso inunda tu cuerpo de calor. Cuando las horas multiplican sus segundos o reducen drásticamente sus minutos en función de quien tengas a tu lado. Cuando un ejército de mariposas furiosas aletea en tu estómago. Cuando una aparición a deshora te hace la persona más feliz del mundo. Cuando un sofá y una manta son todo lo necesario para pasar las mejores horas del día. Cuando un abrazo cálido te devuelve a la vida. Cuando no importa dormir menos horas para seguir hablando un rato más. Cuando unos labios susurran en tu oído un «te amo»… Cuando todo esto es tu día a día, todo lo demás es nada…